HISTORIA TOTAL-“NUEVA HISTORIA” –

HISTORIA TOTAL-“NUEVA HISTORIA” –

Historia universal, nacional, regional y local

Hay una sola historia, la historia total, la que trata de abarcar la totalidad del quehacer humano; ésta se concibe como un esquema general en el que se entrelazan la Historia económica, la social, la política, los sistemas de ideas, las concepciones del mundo y el devenir de las sociedades. Existe una Historia de las sociedades humanas que es    total, y de la que se destacan ciertos aspectos por motivos pedagógicos; pero en la historia no existen compartimentos estancos más que en los libros.
La historia total sólo será posible cuando se hayan realizado suficientes monografías de historia local y regional. Hoy ya no se escriben generalidades, sino verdaderas síntesis históricas, y  una síntesis no es posible sin apoyarse en una previa elaboración monográfica con base documental. De no ser así, la historia se reduce a la del poder central en cada uno de los niveles.

Historia cultural, económica, política, demográfica, de la vida cotidiana, de las mentalidades, oral, de las mujeres
Algunas disciplinas, como la historia cultural, la económica y la política aparecieron hace muchos años; en cambio, otras, como la historia de las mentalidades, la historia oral y la historia de las mujeres, son muy recientes.
En los últimos años surgió la “nueva historia”, término en el que se agrupan los más diversos contenidos. La “nueva historia” puede definirse por la aparición de nuevos problemas, nuevos métodos y, sobre todo, nuevos objetos en el campo de la Historia: la alimentación, el sexo, las mentalidades, etcétera. 
En realidad, la “nueva historia” es una ampliación de lo que llamamos Historia. Debemos tener cuidado de no aislar cada una de esas parcelas de las demás, pues se corre el peligro de atomizar la historia; toda forma de historia nueva no puede ser sino una forma de historia total.
Historia cultural. Esta disciplina estudia el conjunto de los valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de su historia. Aborda la cultura como un fenómeno social que representa el nivel alcanzado por la sociedad en de terminada etapa histórica: técnica, experiencia de producción y de trabajo, ciencia,
educación, literatura, arte, filosofía, etcétera, y las instituciones correspondientes. A medida que las naciones aparecen y evolucionan, la cultura adquiere un carácter nacional y se desarrolla en formas nacionales (lenguaje, tradiciones, modo de existencia e historia, entre otras).
Historia económica. Se refiere a las distintas formas en que el hombre ha producido y distribuido los bienes necesarios para su subsistencia y su comodidad, en las distintas épocas y diferentes sistemas económicos. Algunos especialistas anglosajones y estadounidenses reducen esta disciplina a modelos matemáticos que, según ellos, se pueden aplicar a cualquier sociedad pasada o presente, pero no toman en cuenta que el análisis eco nómico no se puede separar de los factores históricos globales, y sobre todo del análisis social.
Historia política. Esta disciplina abarca las relaciones entre los países, no sólo en sus aspectos bélicos y de conquista, sino también en sus cooperaciones e influencias
benéficas; se refiere igualmente a los acontecimientos que tienen lugar en el seno mismo de los pueblos, a las luchas entre los diferentes grupos, las modificaciones que sufren sus estructuras; en una palabra a su desarrollo. Otro de sus campos es el de las
constituciones y demás leyes, que son la expresión jurídica de su evolución e influyen poderosamente en ésta. Hace poco tiempo la historia política se limitaba al relato de los hechos de los reyes, emperadores y otros gobernantes. Santillana 26
Historia demográfica. Gracias a esta disciplina podemos saber si aumenta o disminuye la población; cómo se distribuye entre las distintas ocupaciones; cómo nacían, vivían y morían los hombres en cada formación social; cuánto cambiaban de residencia; cuáles son los niveles de alfabetización, escolaridad y tecnificación. La demografía parte de la estadística y procede al recuento de los seres humanos clasificándolos de acuerdo con el sexo, la edad, su situación en el espacio (nacimiento y residencia), y también según las modificaciones y cambios que sufren: matrimonio, reproducción, emigración, alimentación, sanidad, etcétera. Los censos son de la mayor utilidad para el historiador, pues  no dejan de ser valiosos como luces que alumbran entre las sombras del pasado. Algunas de las incógnitas planteadas por
la Historia sólo hallan respuesta si nos servimos de los métodos demográficos. La condición social influye con fuerza en el nacer y morir delos hombres, en la alimentación y en la enfermedad, y en otros fenómenos demográficos, los que no están condicionados sólo por factores biológicos, como algunos creyeron.
Historia de la vida cotidiana. Se encarga del estudio de la vida familiar, de las relaciones entre los sexos, de la producción artesanal, de las casas, de la comida, del vestido, de los arreglos personales, de las diversiones y muchas otras actividades, que resultan importantes para comprender los modos en que se organizaban y funcionaban las sociedades de diferentes épocas.
Historia de las mentalidades. Esta disciplina averigua la manera como los hombres del pasado percibieron los hechos que vivieron. Además de conocer los hechos, a la historia de las mentalidades le interesa saber algo más sobre los actores de los hechos: se pretende conocer de qué manera los actores percibieron lo que hicieron; de qué manera entendieron su mundo, y cómo esa percepción influyó sobre sus comportamientos.
Historia oral. Se encarga de registrar los testimonios de personas que vivieron acontecimientos del pasado y construir a partir de ellos una interpretación. Las fuentes orales son ricas en información, ya sea que se les considere un “testimonio verdadero” que nos relata “lo que realmente sucedió”, o que se les vea como relatos que revelan la construcción o representación que una persona hace de una experiencia histórica.
Historia de las mujeres. Esta disciplina aborda las funciones sociales de las mujeres en las diferentes etapas de la historia, las relaciones entre los sexos, su lento acceso a los medios de expresión, el movimiento feminista y la definitiva incorporación de la mujer a algunas sociedades (parcial en la mayoría de los casos), en la segunda mitad del siglo XX.

Material extraído del libro
 Historia de México I. De la época prehispánica a la consumación de la Independencia
obra producida por Editorial Santillana, con la dirección de Antonio Moreno Paniagua.