LA CRISIS DE LOS
AÑOS SETENTA
A principios de la
década de 1970, las condiciones que habían permitido el crecimiento económico
dieron señales de agotamiento. Las causas de esta crisis, que se extendió hasta
los años 90 fueron explicadas de diferente manera. Algunos hicieron hincapié en
el fin del petróleo barato, otros en las innovaciones tecnológicas que
generaron desempleo, otros en el crecimiento de los salarios que provocaron
inflación, etc. Después de más de veinte años de
crecimiento sostenido se produjo un estancamiento y los empresarios —para no
dejar de ganar tanto— transfirieron la disminución de sus ganancias a los otros
sectores de la sociedad: los trabajadores, el Estado, etc.
La crisis del
sistema monetario.-
El primer problema se evidenció en
1971 cuando EEUU devaluó el dólar abandonando su convertibilidad en oro.
Los grandes gastos
de los gobiernos de EEUU, y especialmente los gastos ocasionados por la carrera
armamanetista de la Guerra Fría (y sobretodo los gastos por la intervención en
Vietnam), crearon un déficit (más gastos que ingresos) en ese país.
Para cubrir el
déficit, EEUU creó más dólares, muchos más de los que podía respaldar con oro.
Como EEUU pagaba lo que importaba con dólares, esta moneda inundó el mundo. En
1971 había más de 62 mil millones de dólares fuera de EEUU, mientras que sus
reservas en oro llegaban a 10 millones. Los países de Europa Occidental
trataban de convertir los dólares que circulaban en sus países en oro, enviando
los billetes de la moneda norteamericana a EEUU. Así lo hacían desde 1945,
pero, en 1971, el presidente de EEUU, Richard Nixon, suspendió la conversión de
dólares en oro y devaluó el valor del dólar.
Los países europeos
se negaron a acompañar la devaluación del dólar devaluando sus monedas y
adoptaron un sistema de cambio de moneda flotante. El sistema creado en Breton
Wood se venía abajo.
La crisis del
petróleo.-
Otro problema se
sumó en 1973 con el aumento del precio del petróleo que terminó con la energía
barata. Los países capitalistas avanzados habían basado su crecimiento
industrial en el uso del petróleo, una energía barata. Salvo EEUU, que poseía
sus propias reservas (aunque también importaba), el resto de las potencias
occidentales dependían del abastecimiento de petróleo desde otros países.
Los países árabes y
Venezuela suministraban el 40% del petróleo mundial. Estos países habían
decidido en 1960, crear una organización para defender sus intereses
económicos: la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Los países árabes,
que eran el grupo mayoritario dentro de la OPEP, respondieron al apoyo brindado
por EEUU y Europa Occidental a Israel (que estaba en guerra con los países
árabes) con un incremento del precio del petróleo; además se decidió limitar la
cantidad de petróleo extraído. Entre 1973 y 1974 el precio del petróleo se
multiplicó por cuatro. En 1979, al producirse la revolución islámica en Irán
(que provocó la caída del emperador de Irán amigo de los gobiernos
occidentales), el precio volvió a dar un salto. El precio del barril de
petróleo que en 1973 estaba a casi 3 dólares, pasó a costar 30 dólares en 1980.
Como el petróleo
era la principal fuente de energía, su aumento produjo serias consecuencias en
las economías de los países industrializados que dependían de la importación de
petróleo para su funcionamiento. Importantes restricciones en el consumo de energía,
además del lógico encarecimiento de la misma, afectaron tanto a la industria
como la vida diaria de la gente que no podía utilizar su automóvil o tenía
horarios limitados para ver televisión o para hacer uso de otros
electrodomésticos.
EEUU fue uno de los
más afectados. Las ciudades norteamericanas, muy extendidas, con enormes
núcleos urbanos de casas residenciales dispersas, dependían del automóvil como
principal medio de transporte, de modo que se utilizaban combustible de forma
masiva. Entre 1945 y finales de
los años '70, Occidente y Japón consumían más
petróleo que nunca. Sólo en Estados Unidos, el consumo se había duplicado
entre 1945 y 1974. Con un 6% de la población mundial,
EEUU consumía el 33% de la energía de todo el mundo. El consumo diario
disminuyó en un 6,1% entre septiembre y febrero, y un 7% durante el verano
de 1974, cuando Estados
Unidos sufrió el primer período de escasez de combustible desde la Segunda
Guerra Mundial. Las escuelas y oficinas en EEUU tuvieron que cerrar a menudo
para ahorrar el combustible de la calefacción, y las fábricas tuvieron que
reducir la producción y despedir trabajadores. En Francia, la crisis del
petróleo puso fin al período conocido como “Los Treinta Gloriosos”, los últimos
30 años de alto crecimiento económico, y comenzaron los años de desempleo
permanente.
Pero antes de la
suba del precio del petróleo la rentabilidad de las empresas ya había
disminuido, por lo tanto no fue la crisis del petróleo el único o el principal
motivo de la crisis económica. Si aceleró un proceso ya iniciado de
estancamiento e inflación.
Los países capitalistas
se vieron afectados al disminuir la tasa de ganancia de las empresas. Los
precios aumentaron (inflación) y también el desempleo. La crisis terminó con el
pleno empleo que se venía dando desde la Segunda Guerra Mundial. La combinación
del bajo crecimiento económico y el desempleo, puso en dificultades al estado
de bienestar: mientras disminuían los ingresos del estado por que había menos
empresas pagando impuestos, aumentaban las demandas sociales, por ejemplo los
seguros de desempleo. Mientras había altas ganancias, a las empresas no les
importaba distribuir parte de esa ganancias, pero ahora que las ganancias eran
menores no pensaban igual.
Los gobiernos y los
empresarios tomaron medidas para recuperar la ganancia de las empresas y
reducir los gastos del estado. Los costos de la crisis fueron pagados por los
trabajadores
DESEMPLEO Y
EXCLUSIÓN
Las consecuencias
de la crisis del petróleo combinadas con las políticas neoliberales y los
cambios en la forma de trabajo en las fábricas (robotización, teletrabajo,
etc), han provocado la precarización de las relaciones laborales.
El contrato de
trabajo estable por un tiempo indeterminado, que permitía al
trabajador “hacer carrera” dentro de una empresa, ir ascendiendo con la
antigüedad y mejorar su salario, ha ido desapareciendo. Así como se ha
extendido el desempleo, el empleo se ha hecho precario: contratos a termino
(sólo por un tiempo determinado o al terminar una tarea), trabajo de jornada
parcial (part-time), sub-contratación, etc. El desempleo y la
precarización del empleo provocaron la caída de los salarios y el
empobrecimiento de las clases medias y bajas de las zonas industriales. La
desocupación y la precarización afectan a todos los trabajadores, pero
sobretodo a mujeres y jóvenes.
El crecimiento del
Producto Bruto Interno se frenó. En los países desarrollados, que venían
creciendo a una tasa del 4% anual, el crecimiento fue menor al 1% e incluso con
tasas negativas. Estos países fueron sustituyendo el sector industrial por el
de servicios, perdiendo peso las industrias clásicas, que se fueron trasladando
hacia países subdesarrollados, fenómeno conocido como “deslocalización
industrial”. Esto también afectó el empleo de los países industrializados: se
perdieron los empleos vinculados a las fábricas y surgieron otros vinculados a
los servicios y especialmente vinculados a la revolución
científico-técnica (programadores, operadores de informática, diseñadores,
etc).
En los países de
Europa Occidental la crisis provocó la pérdida del gobierno por parte de los
partidos socialdemócratas (centro izquierda) y el triunfo de los partidos
conservadores. El descontento social y político se canalizó a través de nuevas
formas de expresión, como los movimientos ecologistas y feministas. El
desempleo y el descontento estimularon el resurgimiento de partidos
nacionalistas de extrema derecha y neo-nazis.
EL NEOLIBERALISMO
A partir de la segunda mitad de los
años 70 resurgieron las ideas liberales y se pusieron en práctica a través de
los gobiernos de los países industrializados en los años 80. Estas ideas fueron
conocidas como “neo-liberalismo” haciendo alusión a que
intentaban retomar las ideas económicas liberales impulsadas por Adam Smith en
el siglo XVIII.
El neoliberalismo
fue difundido por un grupo de economistas encabezados por Friedrich Hayek y
Milton Friedman. El presidente de EEUU Ronald Reagan y la Primera Ministra de
Inglaterra Margaret Tatcher fueron dos de los gobernantes que aplicaron el
neoliberalismo a través de la llamada “revolución conservadora”. Los
neoliberales sostenían que:
- el estado debía
intervenir lo menos posible en la economía;
- se debían
privatizar las empresas estatales;
- se debía regular
los precios y los salarios por el mercado (oferta y demanda) y no por el
estado;
- el estado debía
gastar menos en educación, salud y beneficios sociales, para de esa manera
cobrar menos impuestos a las empresas y estas, al ver que podían ganar más,
invirtieran más y generaran más empleo.
- el estado debía
permitir a los empresarios el libre accionar, pero debía limitar la acción de
los sindicatos porque estos con sus reclamos perjudicaban la acumulación del
capital.
Muchos gobiernos
conservadores tanto en países desarrollados como subdesarrollados aplicaron las
ideas neoliberales. La desaparición de la URSS y del bloque socialista en los
años 90, eliminó la posibilidad de una alternativa distinta para los
trabajadores, por lo tanto fue más fácil a los gobiernos capitalistas aplicar
medidas que parecían tan impopulares. Además los organismos internacionales
como el FMI y el Banco Mundial tomaron las ideas neoliberales como las más
acertadas y obligaron a los países a los que daban préstamos a ponerlas
en práctica.
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